Uno se queda absorto, tras escuchar a ciertos politicuchos hablar de las bondades de urbanizar hasta el tejado del Miquelet, pensando que tal vez estoy equivocado y que las PAI's son tales maravillas arquitectónicas, que incluso deberían existir excursiones del IMSERSO para ver las nuevas urbanizaciones de la Comunitat Valenciana.
Afortunadamente, gente como Fabián Llisterri, Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunitat Valenciana, me devuelve de nuevo a la tierra. Leamos su posicionamiento sobre el tema: "es necesario tener una visión de medio-largo plazo y una coordinación territorial, o metropolitana en el caso de algunas ciudades como Valencia, que en la actualidad no existe".
Caramba, eso deja en mal lugar a la alcaldesa de la ciudad, pero lo mejor viene ahora: "debemos saber a dónde vamos, qué ciudades y pueblos se quiere tener, dónde está el límite de la densidad de población y qué recursos e infraestructuras hay disponibles".
Interesante concepto éste de los recursos disponibles teniendo en cuenta que, de realizarse los actuales proyectos urbanísticos que están sobre la mesa del señor Blasco, alcanzaríamos el millón de viviendas construidas en los próximos cinco años. Si ponemos a tres personitas por casa, eso nos da tres millones de nuevos valencianos en cinco años.
¿Es asumible esa proporción de nuevos habitantes? Pensemos bien, teniendo en cuenta la inmensa deuda de la Generalitat y los pocos recursos que actualmente los municipios valencianos generan, no sé de dónde sacarían dinero para nuevas dotaciones de policías, bomberos, sanidad, educación, electricidad… Y lo que es más importante, agua para tres millones de personas.
Pero espera, igual esas casas no son para que la gente viva, ahí ya cambia todo, menos mal. Esas casa son para especular, no son viviendas, sino bienes inmobiliarios; no sirven para vivir, sino para ganar dinero. Si no, ¿Cómo se entiende que existan ciudadanos poseedores de 10 pisos vacíos en la elitista y cara avenida Francia? ¿Acaso tendrá diez hijos? No seamos ingenuos…
Ah, claro, que son segundas residencias para extranjeros, ya lo entiendo. Entonces, señor Camps, ¿No cree que las 15.000 denuncias formuladas por extranjeros a Bruselas por culpa de los abusos de la LRAU son una mala carta de presentación de la Comunitat Valenciana? Como diría el señor Llisterri "podría saturar el territorio, que es un bien que hay que conservar para evitar que lo que ahora es agradable pase a ser inhabitable".
Señor Camps, está usted matado la gallina de oro para comerse un mísero huevo, deje de llenarle los bolsillos a los Señores del Ladrillo y empiece a pensar en sus conciudadanos…
