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“Horta és futur” elabora un mapa de la especulación en l’Horta de Valencia

Miembros de la campaña Horta és futur han realizado un estudio que demuestra que inmobiliarias y bancos poseen más del 50% de la propiedad de la huerta afectada por el PGOU.

 

La revisión del PGOU, en una ciudad que pierde población, sólo se puede entender como un intento de beneficiar los especuladores que en el momento de la burbuja adquirieron tierras de cultivo en espera de la reclasificación.

 

Valencia, 27 de abril de 2015.- El anuncio, el pasado martes 22 de abril, de la suspensión de los trámites para aprobar el nuevo PGOU de la ciudad de Valencia es tan sólo el último capítulo de un proyecto básicamente especulativo. Valencia dispone de más de 57.000 viviendas vacías y solares para construir otras 38.000 y tiene en perspectiva seguir perdiendo población -30.000 vecinos en los últimos cinco años-. En un contexto así se hace muy difícil de entender la urgencia mostrada por el Ayuntamiento de Valencia para aprobar antes de elecciones un PGOU que había sido olvidado al cajón desde 2010, salvo que pensamos en los intereses de inmobiliarias y bancos.

El estudio de Per l’Horta, basado en la identificación de los propietarios de 103 parcelas repartidas por toda la zona de huerta afectada por el PGOU, demuestra que a partir del año 2003 una quincena de empresas promotoras se lanzaron a adquirir terrenos no urbanizables, incluso antes de que se anunciara la revisión oficial del PGOU en abril de 2004. Los años de máxima euforia compradora se produjeron en 2005 y 2006, entre el anuncio de la revisión y el estallido de la burbuja inmobiliaria a finales del 2007.

En aquellos años de euforia inmobiliaria, que cómo es sabido llevarían en pocos años a la desaparición de muchas promotoras y la totalidad de las cajas de ahorros valencianas, una quincena de inmobiliarias, como demuestra la infografía que adjuntamos, se repartieron el pastel de la huerta a reclasificar por el nuevo PGOU. Arriesgándose a adquirir unos terrenos no urbanizables con la esperanza de que el proceso de reclasificación se llevara a cabo en breve. En junio de 2005 el regidor de la oposición Rafael Rubio ya denunciaba que «Las modificaciones se han hecho de acuerdo con las peticiones de un determinado sector de promotoras de la ciudad» (El País, 27-6-2005).

 

El mapa de la especulación en Valencia.

Cómo queda claro a la infografía adjunta, diferentes inmobiliarias se dedicaron adquirir terrenos en sectores concretos, se repartieron lo que todavía ahora, diez años después, es huerta protegida. La operación era especialmente lucrativa al tratarse de parcelas de suelo no urbanizable protegido. Así, terrenos con un aprovechamiento muy limitado y, por lo tanto, con un valor inmobiliario muy bajo, pasarían a adquirir un valor mucho mayor después de la reclasificación.

El estudio no tiene una extensión suficiente como para contabilizar el total de la superficie acumulada por las promotoras en la huerta de Valencia, pero sí que deja clara la importante dimensión de las adquisiciones. Escogiendo preferentemente las parcelas de mayor superficie en cada zona, ha resultado que, en conjunto, más de la mitad de las parcelas investigadas eran propiedad de inmobiliarias. Además, es muy reseñable la tendencia de estas empresas a concentrar sus compras en sectores determinados. Los datos sugieren que se produjo un reparto organizado de la huerta, en ningún caso se detecta una competencia entre inmobiliarias por los mismos sectores.

En Natzaret, por ejemplo, es donde se concentraron las adquisiciones, entre 2004 y 2007, de Urbanismo Nuevo Siglo, que dispone de un mínimo de 17.000m2. Esta inmobiliaria tiene como Apoderado Solidario a Vicente Prieto Añó presidente del Grupo Secopsa. Empresa largamente vinculada con el Ayuntamiento de Valencia, que en el 2012, le adjudicó la contrata de mantenimiento de más de 500 edificios municipales hasta el 2016 con posibilidad de prórroga. También en Natzaret la Sareb, el banco creado para acumular activos inmobiliarios tóxicos- ha acabado controlando un mínimo de 13.000 m2.

En la huerta de Faitanar, un área que en el PGOU de 1988 estaba indicada como zona inundable, no apta para urbanizar, con numerosos elementos patrimoniales recogidos al catálogo de bienes patrimoniales, es donde ha concentrado las compras la inmobiliaria Urbem. Sociedad que controla al menos 23.000 m2 de huerta en esta partida. Probablemente la larga espera del PGOU ha contribuido a liquidarla, puesto que en el 2014 se acogió a la fórmula de pre-concurso de acreedores, al encontrarse fuertemente endeudada con el Banco de Santander.

En la Partida de Dalt de Campanar, zona de huerta protegida en plena producción actualmente y dónde abundan los molinos y alquerías protegidas, es dónde ha concentrado las compras, entre otras, Nozar y Chamartín-Campanario que también han llegado a sufrir una situación de insolvencia. La primera fue uno de los grandes referentes inmobiliarios del boom, que suspendió pagos en 2009 y está desde el 2008 en concurso de acreedores. Chamartín-Campanario, que posee al menos 72.000m2 también entró en 2012 en concurso voluntario de acreedores. En esta partida la Sociedad Agraria de Transformación «Labor de Caballero», que tiene como administrador único a Francisco Roig, controla 29.000m2. Está muy documentada la afinidad de Roig con el gobierno de la Generalitat y el hecho que Bancaja, presidida por José Luis Olivas, le ayudó en 2009 a reestructurar sus deudas, motivados en parte por la compra de terrenos en Campanar.

 

El PGOU, no sólo un plan de expansión de la ciudad de Valencia

¿Qué sentido esconde, entonces, la urgencia para aprobar la revisión del PGOU? Con la reclasificación, una serie de terrenos que son propiedad de empresas -ahora controladas por los bancos que habían financiado las compras- pasan a tener unos derechos adquiridos que les hacen ganar valor. Cómo la propiedad, de aquellas empresas -auténticos zombis desde hace unos años- ha pasado a los bancos prestatarios, lo que la operación esconde es beneficiar a los bancos que podrían, así, sanear sus balanzas. En resumen, los bancos que hace una década alimentaron la burbuja inmobiliaria, financiando estas compras especulativas ahora, en caso de aprobarse la revisión del PGOU, recibirían su premio.

 

aqui teneis el mapa a buena resolución: